No compres este cuento si no te cuadra, si no confías en lo que ofrece porque es algo desconocido, pero no compres sólo lo que te ponen delante.
Es posible que hoy no tengas hijos, y es posible que hoy no te plantees comprar un cuento, pues no te encaja ni para regalo. Pero también es posible que te guste leer y quieras elegir lo que lees o que te guste el cine y quieras elegir tu película. Crees que puedes elegir, pero tu elección no sólo está influida por los medios y la publicidad, sino que está controlada por ellos. Lo que llega a tu librería es lo que las grandes editoriales quieren que llegue, lo que compras por grandes plataformas digitales o se publicita por RRSS, es lo que ellos quieren que conozcas; conocerás y por tanto, te interesarás por lo que les convenga a los que pagan más, ésta es la visión que te trasladan del mundo, la que les permite mantener su equilibrio y sus prerrogativas. Quizá no quieras esto, quizá no sea un BEST seller el libro que tú quieras leer, o quizá sí, quizá nos guste el mundo tal y como es y situarnos en el lado en que nos ha tocado vivir, conformándonos con que elijan por nosotros, quizá esto nos quite un dolor de cabeza. Todo es susceptible de justificación, justificamos hasta los hechos más atroces, auto convenciéndonos de que nos hemos informado libremente y hemos hecho una reflexión propia. Pero si no elegimos libremente lo que leemos, si leemos lo que quiere el dinero y el poder, por mucha pátina de pluralidad de la que se impregne, ¿cómo podemos pensar libremente? Busquen dentro de esa pluralidad de medios las relaciones entre grupos aparentemente distanciados y encontrarán que todos se cobijan bajo la misma cúpula, ¿somos pues libres a la hora de interesarnos por la cultura?
No compres este cuento si no te cuadra, si no confías en lo que ofrece porque es algo desconocido, pero no compres sólo lo que te ponen delante.
Por este cuento de 16 euros en una editorial, si les interesase, me darían alrededor de 1,5 euros por libro vendido, sobre 4 euros se llevaría la librería, librería que solo adquiere libros que tienen sello editorial para no arriesgar, siempre hay que apostar al caballo ganador y, ¡cómo competir un patinete con un Ferrari!, por Amazon, estaría obligada a fijar el precio más bajo para que, a su vez esta plataforma no pueda tener competencia por la pequeña librería de barrio. ¿Es éste el modelo de mercado y por ende, de sociedad que queremos?
Yo no, yo sigo apostando por proyectos independientes, yo sigo siendo un patinete compitiendo contra un Ferrari, no me interesé por la literatura para sacar dinero, de 4500 euros de crowdfunding, 0 euros serán mis beneficios en la puesta en marcha del proyecto, mucho trabajo para ninguna recompensa pensarán. Pero tuve un sueño en el que la gente elegía libremente por un momento, leía lo que quería y no sólo lo que le ponían delante, tuve un sueño en el que los niños aprendían a leer y a comprender desde su infancia algo más que frases simples como las que nos dicen hoy en día que se adaptan a su edad, aprendían desde pequeños a entender la literalidad de las frases pero también a leer entre líneas para ser menos manipulables en su vida adulta, no dejándose engañar por las palabrerías del poder, tuve un sueño en el que no subestimábamos a nuestros niños, confiábamos en sus capacidades y queríamos que nos superasen para hacer un mundo mejor en el que siendo adultos pensasen por sí mismos y no copiaran nuestros errores en un bucle infinito de acotaciones y adaptaciones al público general. Desde pequeña fui una soñadora, pero mis sueños siempre han sido tan irrealizables como bonitos, quizá sea por esto por lo que me es difícil desvelarme durante la noche.
